Verano,
2 de Agosto, Fiestas del Carbayu, hora para el comienzo de la prueba las cinco
de la tarde, hora de llegada y toma de contacto las cuatro. Con esas premisas
todo indicaría un sol impresionante y un calor que derretiría el asfalto. Pero…
nos falta por poner el lugar, Lugones, Asturias.
Hacia
las cuatro la numerosa expedición Coque iba llegando a Lugones para la disputa
del II Circuito Escuelas El Carbayu, con un sol radiante y apenas una nube en
el cielo. Los ciclistas tomaban contacto con el circuito con tranquilidad y
bromas entre ellos, mientras los padres y madres apuraban los últimos cafés
antes de las carreras. Tras la reunión de directores, para acordar detalles técnicos, llegó la reunión
de éstos con sus fieras y el reloj ya marcaba cerca de las cinco menos cuarto.
A lo lejos el cielo empezaba a tener mucha semejanza con el cielo de Mordor, y
ya todos nos poníamos en lo peor. Rápidamente la organización, en salida
neutralizada, se llevó a todos y todas las Promesas hacia el lugar de salida para
ellos. Dicho lugar estaba situado en mitad del recorrido. La salida picaba un
poco para arriba en busca de un pequeño rellano que les metía de lleno en una
pronunciada y corta bajada, tras ella una recta en falso llano hacia abajo,
curva a izquierda y meta unos pocos metros más adelante picando hacia abajo.
Con
todos los Promesas en el alto una larga y oscura nube se aproximaba acompañada
de una fuerte tormenta eléctrica, en el horizonte se divisaban grandes cortinas
de agua. Esto hacía que más de un peque se pusiera un poco más nervioso de lo
habitual, los jueces y entrenadores presentes ante el futuro que se venía
encima agilizaban las operaciones entre bromas, intentando que los chicos no
prestaran atención a la tormenta. Con éstas se formaba la escasa parrilla de
los Promesas B, sólo ocho valientes. Y entre ellos Diego Rodríguez que venía
demostrando en las últimas citas más concentración. La salida, un poco empinada, hacía que a
Diego se le atragantara un poco la operación y se quedaba retrasado de los
cuatro primeros, sin embargo antes de encarar la bajada se había metido en la
lucha por las posiciones de honor. Por delante se lanzaba Martín Fernández
(E.C. Santi Pérez) totalmente inalcanzable, y tras él un trío perseguidor
encabezado por Oliver Losas (E.C. Santi Pérez), Samuel Castiello (Team Bike
Cabranes) y cerrando Diego. La distancia con los chicos y chicas de atrás ya
era grande y como ninguno de ellos se atrevió a pedalear cuesta abajo, la
empinada rampa les debía impresionar a los tres de lo lindo, las posiciones se
mantuvieron hasta el final de la prueba por este orden.
Nuevamente
era más numerosa la participación en promesas A, donde Llorian Redondo y Andrea
Álvarez, pese a estar los dos más pendientes de los nubarrones que ya estaban
encima de ellos, encaraban la prueba con grandes aspiraciones. Llorian desde la
primera fila no tenía problema en coger la rueda de Asier Ramos (E.C.Viella)
quien salía como una bala nada más oír el pitido del juez. La rueda de Llorian
se la disputaban Asier Fernández (Nava 2000) y Andrea, que realizaba una mágica
salida desde la segunda fila. En el tramo plano que llevaba a la bajada el
chico del nava superaba a Llorian, Andrea se afianzaba en la cuarta posición y
el grupo se estiraba cada vez más. Al igual que en la categoría anterior la
bajada, al menos en las posiciones delanteras, no ofrecía oportunidad de cambio
de posición. Éstos ya le daban a las bielas cuesta abajo y como la meta se
encontraba bastante cerca todo el pescado quedó vendido en los primeros metros
de la salida.
Con
la llegada de los últimos Promesas el cielo se oscureció y se abrieron las
compuertas de las nubes que pasaban por encima del circuito, convirtiendo la
carretera en un río de tanta agua que llegó a caer en unos momentos. Esto y la
aparición de un coche en mitad del circuito justo cuando tenían que tomar
salida los Principiantes B, propició que la prueba se retrasara unos minutos.
Esta categoría ya realizaba la vuelta completa y en sentido contrario al que lo
habían realizado los peques. En la parrilla tres Coques dispuestos a darlo todo
bajo el agua: Selena Barreiro, Gabriel Caso y David Ordiz. Nuevamente con la
salida David tomaba la cabeza de la prueba junto a Cristina Menéndez (Asturbike),
tras ellos Raúl Rodríguez y Selena intentaban no perder la rueda de sus dos
rivales, por detrás Gabriel volvía a repetir mala salida y cerraba la prueba
junto a Laura Álvarez (P.C.Manzanillo) y Pelayo Merino (C.C. Lugones). En el
tramo plano de la prueba, el que les llevaba a la empinada rampa que antes
habían bajado los Promesas, Cristina se cobraba unos metros con el dúo formado
por David y Raúl, Selena cedía con la cabeza y era rebasada por Laura y cazada
por Gabri, Pelayo se descolgaba ya de la prueba. En la empinada rampa los dos
chicos se retorcían para que Cristina no se escapara, Laura distanciaba a Sele,
que con su tranca habitual se empeñaba en subir o subir sin intentar siquiera
cambiar, Gabri se emparejaba con ella, danzando en la bici con el típico estilo
de Contador, y la superaba al final del
repecho. Tan sólo les restaba una larga
bajada y la recta final picando hacia arriba. Las posiciones en el descenso se
mantuvieron, pues los chic@s aún siendo jóvenes ya tienen tablas y saben cuando
el firme está para lanzarse y cuando la batalla se queda para otro día. Como
ejemplo Raúl y Gabriel, que con diferentes palabras y cada uno en su estilo,
nos contaban que no se habían lanzado pues preferían llegar que caerse.
La
tormenta no daba tregua y apenas cesaba de caer lluvia, con menos intensidad que
en un principio pero continua, eso sí los ríos en las bajadas habían
desaparecido y por el contrario se había formado un gran charco en la recta
anterior a la subida, el cual prácticamente ocupaba la totalidad de la
carretera. Con ese panorama y dos vueltas al circuito se ponían en parrilla los
Principiantes A. Nada más darse la salida el trío de los escogidos, Hugo de la
Calle (P.C. Manzanillo), Álvaro Rebollar (E.C. Viella) y Bruno García (Nava
2000), se ponían a bloque y ya llegaban al repecho en solitario. Con Sergio
Vigil (C.C. Colloto) persiguiéndoles de cerca y ya a más distancia el grupo del
que tiraba Ángel Ramos (E.C. Viella), con la sombra de nuestra chica Lydia
Pinto al acecho. Para la siguiente vuelta todo se jugaba entre los tres chicos
de cabeza, sus piernas y su valentía para arriesgar en el descenso en pos de la
meta darían el vencedor del día. En el grupo las dos chicas primero Marina
Tirador (E.C. Carreño) y después Lydia, en el repecho hacían la labor de
acercar el grupo a la cuarta posición que ostentaba Sergio, el paso de las
chicas cortaba el grupo y sólo Ángel les seguía. La cuarteta se formó en lo
alto del repecho y en el descenso se desarmó por la labor de Sergio, que se
lanzaba arrastrando a Lydia tras él. En cabeza Hugo imponía su ley y se llevaba
la victoria cómodamente, y por detrás nuestra chica no era capaz de alcanzar en
la subida final a Sergio llevándose la quinta posición, otra vez.
Llegaba
el turno de Alevines B con la participación de dos Coques, Samuel Fernández y
Guillermo Mesa.
Crónica
Alevines B
Por
Samuel Fernández Heres
“Esta carrera, fue en un día pasado
por agua en el que la gente se refugiaba en cualquier sitio que tuviese techo.
Unos se atecharon en las atracciones que estaban cerradas, otros en un hórreo
que había e incluso en la carpa de la fiesta. En dos ocasiones, tuvieron que
parar la carrera por la tormenta que se había formado. Ya cuando retomaron las
carreras, llegó el turno de los alevines
B, donde corremos Guillermo y yo.
La salida fue tranquila, pero en la
primera subida llegó un ataque de Samuel (Viella) que se hizo con una distancia
que crecía poco a poco. Nadie de nosotros respondía. Llegada la tercera vuelta
el grupo se separaba como trozos de pizza, hasta que llegó la última vuelta, y
entonces ya arrancamos los primeros motores. Pero a algunos les afectó la falta
de gasolina. Todos pensaban que iba a llegar Samuel (Viella) el primero, hasta
que vieron que detrás del primer bólido venían otros dos como si tuvieran
neumáticos nuevos y de lluvia. Aunque nadie se lo creía, el esfuerzo tremendo
de Samuel (Viella) durante todas las vueltas, le afectó y acabó en tercera
posición. Para todos eso era una increíble carrera, ya que estuvo tirando el
solo toda la carrera.
En cuanto a Guille, hizo una carrera
increíble acabando en cuarta posición, aguantando todo el rato los tirones del
pelotón. En cuanto se dé cuenta de que puede hacer pódium, yo ya tendré un
amigo más que pueda subirse conmigo. Guille, espero que como esta carrera
tengas muchas más incluso mejores.”
Con
los Alevines A para los Coques llegaba el momento de reponer energías con algún
café o refresco, de cambiar de ropa a los empapados esforzados, de cambiar de
ubicación aprovechando la tregua que nos daba el día y, como no, de pegar
alguna voz de ánimo a los participantes de la prueba en la que la escuela no tenía
participación. Con la carrera iniciada las nubes querían ser protagonistas otra
vez y volvían a abrir las compuertas para desdicha de los corredores. Llegó a
ser tan grande el aguacero que los jueces optaron por recortar la prueba de
ocho a seis vueltas, fijo que los pedalistas lo agradecieron. El tiempo volvía
a ser protagonista y volvía a retrasar otra salida, está vez la de los
Infantiles, la cual se debería haber disputado a quince vueltas con metas
volantes en las vueltas cinco, diez y el Sprint final, y terminó a doce vueltas
con metas a las vueltas cuatro, ocho y meta. El momento del aguacero cogió a
casi todos los Infantiles cerca de meta, así que coincidieron en el mismo lugar
que los jueces para cobijarse. Las conversaciones de los chicos con éstos
rondaban siempre alrededor de acortar la prueba, o suplicaban entre guasas que
al ser doblados los retirasen; los jueces tampoco se quedaban cortos con las
bromas y les ofrecían posibilidades como meter papeles con todos los dorsales
en una bolsa, ir sacando números y organizar así la clasificación. Decir que
ellos, los jueces, traían una buena mojadura.
Con
el aguacero remitiendo llegó el momento de ponerse en la parrilla a los
Infantiles, muchos de ellos temblaban de lo calados que se encontraban y no
había comenzado la carrera. La participación de los Coques estaba representada
por Pablo López, Ronny Almonte, Martín Fernández, Luis Revilla y Claudia Martínez.
Los cuatro preguntaban por una táctica o unas premisas que seguir en carrera,
pero lo único que escuchaban era “Terminar y no caer”. La salida de la prueba volvía
a ser trepidante a merced de los zapatazos que Fernando González (E.C. Viella)
imprimía a su burra, el grupo se estiraba y los que tiritaban en parrilla
entraban en calor en “cero cinco”. Nuestros muchachos reaccionaban de distintas
maneras a ese arreón, Pablo de los primeros, poco más atrás Ronny, Martín algo más
metido en pelotón de lo habitual y para Luis y Claudia las posiciones traseras.
En
la segunda vuelta Fernando persistía en el demoledor ritmo y Pablo ya se iba
con él; apenas unos segundos después Yerai Martínez (Nava 2000) abría camino a
una larga fila de chicos que viajaban de uno en uno, con Ronny en octava
posición del grupo y dando tiempo al corte que se producía tras él. Cuatro
chicos perseguían en tierra de nadie a los de cabeza y casi se puede decir que
haciendo camino por separado, uno de ellos Martín, que empieza a dejar de ser
una sorpresa verle tan arriba. Tras ellos un nuevo grupo donde Luis cerraba y sufría
para seguir el paso de sus compañeros; aclarar que Luis viene de unas
vacaciones en Inglaterra y se presentaba a la carrera sin apenas entreno tras
su larga estancia aprendiendo el idioma, así pues esta prueba para él era un
entreno y todo lo que hiciera estaría por demás. Claudia sufría la empinada
rampa como nadie y se quedaba a cola de prueba imponiéndose su ritmo.
Vuelta
tres y como la canción “¡Que el ritmo no pare!”. En cabeza se formaba un
cuarteto con los “Pablos”, Yerai y Fernando. Éstos no miraban para atrás y
tiraban, tiraban y tiraban buscando que nadie entrara. Por detrás de ellos se
formaba otro cuarteto donde sólo se miraba hacia delante, ya que la distancia
con el primero no era insalvable. Ronny se quedaba en solitaria tras dos
Mestas, y sufría la rampa sin poder quitar el plato grande, pues si ponía el
pequeño la cadena se salía. Martín seguía sorprendiéndonos metido en el
siguiente grupo y siendo en algunos momentos el que marcaba el ritmo, y no es
por ser pesado, pero verle subir y verle como comienza a desenvolverse en
carrera nos da mucha alegría, como el pedaleo que empieza a tener. Luis por el
contrario ya pagaba la inactividad y pedalada a pedalada se hundía en la
clasificación de la prueba.
Para
la meta volante de la vuelta cuatro en cabeza se juntaban los dos grupos, el
sprint era ganado por nuestro Pablo que ya antes de salir nos había advertido
que lo quería todo. En este grupo ya no cambiaría nada hasta el final de la
prueba, todo se limitaba a rodar a buen ritmo con algún tímido arreón de algún
chico y, cómo no, el sprint de la vuelta ocho, donde Pablo volvía a cosechar.
Por detrás nuestros muchachos no cedían en su empeño de ir a más, Ronny con la
vista en Noel Camín (Las Mestas) aprovechaba las bajadas para recortar,
operación que poco a poco iba consiguiendo. Pero si de recortar tenemos que
hablar ahí estaba Martín, que desde atrás dejando a sus compañeros de grupeta
se aproximaba a Ronny, llegando a alcanzarle hacia el final de la prueba. Luis sufría.
Sufría pero no se bajaba de la bici buscando sin duda volver a reactivar el
cuerpo, no para esta carrera sino para venideras. Claudia a la chita callando y
pese a ser doblada muy pronto daba caza y superaba a Elena Pérez, así que
carrera ganada para Claudia pues hoy por hoy y en su primer año tiene la
carrera ahí, no con los gallos de la categoría.
El
sprint final se lanzaba con todos los chicos en el grupo de los escogidos, mas
a mitad de lance ya se veía que la cosa quedaba entre tres chicos, Yerai, Pablo
y Daniel Alcalde (Las Mestas). Prácticamente durante toda la subida del sprint
la igualdad fue la tónica, el bullicio de la gente en la calle producía eco y
daba la sensación de una grandísima multitud enfervorecida con el espectáculo.
Los chicos se retorcían en la bici y retorcían la burra a gran velocidad,
sacando hasta el último gramo del fondo de su ser. Hasta que Yerai se puso un
poco por delante, en ese instante todo quedó vendido y sólo quedaba luchar por
la segunda posición, posición que tampoco le fue fácil conquistar a Pablo
pues Daniel no cedió tan fácilmente.
Al
final del día la escuela se llevaba cinco pódiums, contando con las metas
volantes de Pablo. Pero nuevamente no nos podíamos quedar sólo ahí, y en la
casilla de lo positivo tendríamos que poner la entrega, las ganas de aprender,
de superación, la fortaleza mental para hacer frente a un día de perros, y un
largo etc en el que sin duda estaría la amistad; y como muestra el rato que
pese al día todos y todas quisieron pasar con la peque del grupo, pues era su
cumpleaños y les había llevado tarta.
Esta
vez el reportaje fotográfico es escaso pese a disponer de tres cámaras, porque
nuestros fotógrafos ante las inclemencias optaron por la prudencia ante la
posibilidad de quedarse sin cámara por el temporal. Como decían en Forrest Gump
“Llovía, para abajo, de lado, para arriba…” así y todo (aquí) van.
Las
clasificaciones en este enlace (aquí)
.
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