jueves, 7 de agosto de 2014

II Circuito de Escuelas de Ciclismo "El Carbayu"



Verano, 2 de Agosto, Fiestas del Carbayu, hora para el comienzo de la prueba las cinco de la tarde, hora de llegada y toma de contacto las cuatro. Con esas premisas todo indicaría un sol impresionante y un calor que derretiría el asfalto. Pero… nos falta por poner el lugar, Lugones, Asturias.


Hacia las cuatro la numerosa expedición Coque iba llegando a Lugones para la disputa del II Circuito Escuelas El Carbayu, con un sol radiante y apenas una nube en el cielo. Los ciclistas tomaban contacto con el circuito con tranquilidad y bromas entre ellos, mientras los padres y madres apuraban los últimos cafés antes de las carreras. Tras la reunión de directores, para  acordar detalles técnicos, llegó la reunión de éstos con sus fieras y el reloj ya marcaba cerca de las cinco menos cuarto. A lo lejos el cielo empezaba a tener mucha semejanza con el cielo de Mordor, y ya todos nos poníamos en lo peor. Rápidamente la organización, en salida neutralizada, se llevó a todos y todas las Promesas hacia el lugar de salida para ellos. Dicho lugar estaba situado en mitad del recorrido. La salida picaba un poco para arriba en busca de un pequeño rellano que les metía de lleno en una pronunciada y corta bajada, tras ella una recta en falso llano hacia abajo, curva a izquierda y meta unos pocos metros más adelante picando hacia abajo.


Con todos los Promesas en el alto una larga y oscura nube se aproximaba acompañada de una fuerte tormenta eléctrica, en el horizonte se divisaban grandes cortinas de agua. Esto hacía que más de un peque se pusiera un poco más nervioso de lo habitual, los jueces y entrenadores presentes ante el futuro que se venía encima agilizaban las operaciones entre bromas, intentando que los chicos no prestaran atención a la tormenta. Con éstas se formaba la escasa parrilla de los Promesas B, sólo ocho valientes. Y entre ellos Diego Rodríguez que venía demostrando en las últimas citas más concentración.  La salida, un poco empinada, hacía que a Diego se le atragantara un poco la operación y se quedaba retrasado de los cuatro primeros, sin embargo antes de encarar la bajada se había metido en la lucha por las posiciones de honor. Por delante se lanzaba Martín Fernández (E.C. Santi Pérez) totalmente inalcanzable, y tras él un trío perseguidor encabezado por Oliver Losas (E.C. Santi Pérez), Samuel Castiello (Team Bike Cabranes) y cerrando Diego. La distancia con los chicos y chicas de atrás ya era grande y como ninguno de ellos se atrevió a pedalear cuesta abajo, la empinada rampa les debía impresionar a los tres de lo lindo, las posiciones se mantuvieron hasta el final de la prueba por este orden.


Nuevamente era más numerosa la participación en promesas A, donde Llorian Redondo y Andrea Álvarez, pese a estar los dos más pendientes de los nubarrones que ya estaban encima de ellos, encaraban la prueba con grandes aspiraciones. Llorian desde la primera fila no tenía problema en coger la rueda de Asier Ramos (E.C.Viella) quien salía como una bala nada más oír el pitido del juez. La rueda de Llorian se la disputaban Asier Fernández (Nava 2000) y Andrea, que realizaba una mágica salida desde la segunda fila. En el tramo plano que llevaba a la bajada el chico del nava superaba a Llorian, Andrea se afianzaba en la cuarta posición y el grupo se estiraba cada vez más. Al igual que en la categoría anterior la bajada, al menos en las posiciones delanteras, no ofrecía oportunidad de cambio de posición. Éstos ya le daban a las bielas cuesta abajo y como la meta se encontraba bastante cerca todo el pescado quedó vendido en los primeros metros de la salida.


Con la llegada de los últimos Promesas el cielo se oscureció y se abrieron las compuertas de las nubes que pasaban por encima del circuito, convirtiendo la carretera en un río de tanta agua que llegó a caer en unos momentos. Esto y la aparición de un coche en mitad del circuito justo cuando tenían que tomar salida los Principiantes B, propició que la prueba se retrasara unos minutos. Esta categoría ya realizaba la vuelta completa y en sentido contrario al que lo habían realizado los peques. En la parrilla tres Coques dispuestos a darlo todo bajo el agua: Selena Barreiro, Gabriel Caso y David Ordiz. Nuevamente con la salida David tomaba la cabeza de la prueba junto a Cristina Menéndez (Asturbike), tras ellos Raúl Rodríguez y Selena intentaban no perder la rueda de sus dos rivales, por detrás Gabriel volvía a repetir mala salida y cerraba la prueba junto a Laura Álvarez (P.C.Manzanillo) y Pelayo Merino (C.C. Lugones). En el tramo plano de la prueba, el que les llevaba a la empinada rampa que antes habían bajado los Promesas, Cristina se cobraba unos metros con el dúo formado por David y Raúl, Selena cedía con la cabeza y era rebasada por Laura y cazada por Gabri, Pelayo se descolgaba ya de la prueba. En la empinada rampa los dos chicos se retorcían para que Cristina no se escapara, Laura distanciaba a Sele, que con su tranca habitual se empeñaba en subir o subir sin intentar siquiera cambiar, Gabri se emparejaba con ella, danzando en la bici con el típico estilo de Contador,  y la superaba al final del repecho.  Tan sólo les restaba una larga bajada y la recta final picando hacia arriba. Las posiciones en el descenso se mantuvieron, pues los chic@s aún siendo jóvenes ya tienen tablas y saben cuando el firme está para lanzarse y cuando la batalla se queda para otro día. Como ejemplo Raúl y Gabriel, que con diferentes palabras y cada uno en su estilo, nos contaban que no se habían lanzado pues preferían llegar que caerse.


La tormenta no daba tregua y apenas cesaba de caer lluvia, con menos intensidad que en un principio pero continua, eso sí los ríos en las bajadas habían desaparecido y por el contrario se había formado un gran charco en la recta anterior a la subida, el cual prácticamente ocupaba la totalidad de la carretera. Con ese panorama y dos vueltas al circuito se ponían en parrilla los Principiantes A. Nada más darse la salida el trío de los escogidos, Hugo de la Calle (P.C. Manzanillo), Álvaro Rebollar (E.C. Viella) y Bruno García (Nava 2000), se ponían a bloque y ya llegaban al repecho en solitario. Con Sergio Vigil (C.C. Colloto) persiguiéndoles de cerca y ya a más distancia el grupo del que tiraba Ángel Ramos (E.C. Viella), con la sombra de nuestra chica Lydia Pinto al acecho. Para la siguiente vuelta todo se jugaba entre los tres chicos de cabeza, sus piernas y su valentía para arriesgar en el descenso en pos de la meta darían el vencedor del día. En el grupo las dos chicas primero Marina Tirador (E.C. Carreño) y después Lydia, en el repecho hacían la labor de acercar el grupo a la cuarta posición que ostentaba Sergio, el paso de las chicas cortaba el grupo y sólo Ángel les seguía. La cuarteta se formó en lo alto del repecho y en el descenso se desarmó por la labor de Sergio, que se lanzaba arrastrando a Lydia tras él. En cabeza Hugo imponía su ley y se llevaba la victoria cómodamente, y por detrás nuestra chica no era capaz de alcanzar en la subida final a Sergio llevándose la quinta posición, otra vez.


Llegaba el turno de Alevines B con la participación de dos Coques, Samuel Fernández y Guillermo Mesa.

Crónica Alevines B
Por Samuel Fernández Heres
“Esta carrera, fue en un día pasado por agua en el que la gente se refugiaba en cualquier sitio que tuviese techo. Unos se atecharon en las atracciones que estaban cerradas, otros en un hórreo que había e incluso en la carpa de la fiesta. En dos ocasiones, tuvieron que parar la carrera por la tormenta que se había formado. Ya cuando retomaron las carreras,  llegó el turno de los alevines B,  donde corremos Guillermo y yo.
La salida fue tranquila, pero en la primera subida llegó un ataque de Samuel (Viella) que se hizo con una distancia que crecía poco a poco. Nadie de nosotros respondía. Llegada la tercera vuelta el grupo se separaba como trozos de pizza, hasta que llegó la última vuelta, y entonces ya arrancamos los primeros motores. Pero a algunos les afectó la falta de gasolina. Todos pensaban que iba a llegar Samuel (Viella) el primero, hasta que vieron que detrás del primer bólido venían otros dos como si tuvieran neumáticos nuevos y de lluvia. Aunque nadie se lo creía, el esfuerzo tremendo de Samuel (Viella) durante todas las vueltas, le afectó y acabó en tercera posición. Para todos eso era una increíble carrera, ya que estuvo tirando el solo toda la carrera.
En cuanto a Guille, hizo una carrera increíble acabando en cuarta posición, aguantando todo el rato los tirones del pelotón. En cuanto se dé cuenta de que puede hacer pódium, yo ya tendré un amigo más que pueda subirse conmigo. Guille, espero que como esta carrera tengas muchas más incluso mejores.”     

               

Con los Alevines A para los Coques llegaba el momento de reponer energías con algún café o refresco, de cambiar de ropa a los empapados esforzados, de cambiar de ubicación aprovechando la tregua que nos daba el día y, como no, de pegar alguna voz de ánimo a los participantes de la prueba en la que la escuela no tenía participación. Con la carrera iniciada las nubes querían ser protagonistas otra vez y volvían a abrir las compuertas para desdicha de los corredores. Llegó a ser tan grande el aguacero que los jueces optaron por recortar la prueba de ocho a seis vueltas, fijo que los pedalistas lo agradecieron. El tiempo volvía a ser protagonista y volvía a retrasar otra salida, está vez la de los Infantiles, la cual se debería haber disputado a quince vueltas con metas volantes en las vueltas cinco, diez y el Sprint final, y terminó a doce vueltas con metas a las vueltas cuatro, ocho y meta. El momento del aguacero cogió a casi todos los Infantiles cerca de meta, así que coincidieron en el mismo lugar que los jueces para cobijarse. Las conversaciones de los chicos con éstos rondaban siempre alrededor de acortar la prueba, o suplicaban entre guasas que al ser doblados los retirasen; los jueces tampoco se quedaban cortos con las bromas y les ofrecían posibilidades como meter papeles con todos los dorsales en una bolsa, ir sacando números y organizar así la clasificación. Decir que ellos, los jueces, traían una buena mojadura.


Con el aguacero remitiendo llegó el momento de ponerse en la parrilla a los Infantiles, muchos de ellos temblaban de lo calados que se encontraban y no había comenzado la carrera. La participación de los Coques estaba representada por Pablo López, Ronny Almonte, Martín Fernández, Luis Revilla y Claudia Martínez. Los cuatro preguntaban por una táctica o unas premisas que seguir en carrera, pero lo único que escuchaban era “Terminar y no caer”. La salida de la prueba volvía a ser trepidante a merced de los zapatazos que Fernando González (E.C. Viella) imprimía a su burra, el grupo se estiraba y los que tiritaban en parrilla entraban en calor en “cero cinco”. Nuestros muchachos reaccionaban de distintas maneras a ese arreón, Pablo de los primeros, poco más atrás Ronny, Martín algo más metido en pelotón de lo habitual y para Luis y Claudia las posiciones traseras.


En la segunda vuelta Fernando persistía en el demoledor ritmo y Pablo ya se iba con él; apenas unos segundos después Yerai Martínez (Nava 2000) abría camino a una larga fila de chicos que viajaban de uno en uno, con Ronny en octava posición del grupo y dando tiempo al corte que se producía tras él. Cuatro chicos perseguían en tierra de nadie a los de cabeza y casi se puede decir que haciendo camino por separado, uno de ellos Martín, que empieza a dejar de ser una sorpresa verle tan arriba. Tras ellos un nuevo grupo donde Luis cerraba y sufría para seguir el paso de sus compañeros; aclarar que Luis viene de unas vacaciones en Inglaterra y se presentaba a la carrera sin apenas entreno tras su larga estancia aprendiendo el idioma, así pues esta prueba para él era un entreno y todo lo que hiciera estaría por demás. Claudia sufría la empinada rampa como nadie y se quedaba a cola de prueba imponiéndose su ritmo.


Vuelta tres y como la canción “¡Que el ritmo no pare!”. En cabeza se formaba un cuarteto con los “Pablos”, Yerai y Fernando. Éstos no miraban para atrás y tiraban, tiraban y tiraban buscando que nadie entrara. Por detrás de ellos se formaba otro cuarteto donde sólo se miraba hacia delante, ya que la distancia con el primero no era insalvable. Ronny se quedaba en solitaria tras dos Mestas, y sufría la rampa sin poder quitar el plato grande, pues si ponía el pequeño la cadena se salía. Martín seguía sorprendiéndonos metido en el siguiente grupo y siendo en algunos momentos el que marcaba el ritmo, y no es por ser pesado, pero verle subir y verle como comienza a desenvolverse en carrera nos da mucha alegría, como el pedaleo que empieza a tener. Luis por el contrario ya pagaba la inactividad y pedalada a pedalada se hundía en la clasificación de la prueba.


Para la meta volante de la vuelta cuatro en cabeza se juntaban los dos grupos, el sprint era ganado por nuestro Pablo que ya antes de salir nos había advertido que lo quería todo. En este grupo ya no cambiaría nada hasta el final de la prueba, todo se limitaba a rodar a buen ritmo con algún tímido arreón de algún chico y, cómo no, el sprint de la vuelta ocho, donde Pablo volvía a cosechar. Por detrás nuestros muchachos no cedían en su empeño de ir a más, Ronny con la vista en Noel Camín (Las Mestas) aprovechaba las bajadas para recortar, operación que poco a poco iba consiguiendo. Pero si de recortar tenemos que hablar ahí estaba Martín, que desde atrás dejando a sus compañeros de grupeta se aproximaba a Ronny, llegando a alcanzarle hacia el final de la prueba. Luis sufría. Sufría pero no se bajaba de la bici buscando sin duda volver a reactivar el cuerpo, no para esta carrera sino para venideras. Claudia a la chita callando y pese a ser doblada muy pronto daba caza y superaba a Elena Pérez, así que carrera ganada para Claudia pues hoy por hoy y en su primer año tiene la carrera ahí, no con los gallos de la categoría. 


El sprint final se lanzaba con todos los chicos en el grupo de los escogidos, mas a mitad de lance ya se veía que la cosa quedaba entre tres chicos, Yerai, Pablo y Daniel Alcalde (Las Mestas). Prácticamente durante toda la subida del sprint la igualdad fue la tónica, el bullicio de la gente en la calle producía eco y daba la sensación de una grandísima multitud enfervorecida con el espectáculo. Los chicos se retorcían en la bici y retorcían la burra a gran velocidad, sacando hasta el último gramo del fondo de su ser. Hasta que Yerai se puso un poco por delante, en ese instante todo quedó vendido y sólo quedaba luchar por la segunda posición, posición que tampoco le fue fácil conquistar a Pablo pues  Daniel no cedió tan fácilmente.


Al final del día la escuela se llevaba cinco pódiums, contando con las metas volantes de Pablo. Pero nuevamente no nos podíamos quedar sólo ahí, y en la casilla de lo positivo tendríamos que poner la entrega, las ganas de aprender, de superación, la fortaleza mental para hacer frente a un día de perros, y un largo etc en el que sin duda estaría la amistad; y como muestra el rato que pese al día todos y todas quisieron pasar con la peque del grupo, pues era su cumpleaños y les había llevado tarta.


Esta vez el reportaje fotográfico es escaso pese a disponer de tres cámaras, porque nuestros fotógrafos ante las inclemencias optaron por la prudencia ante la posibilidad de quedarse sin cámara por el temporal. Como decían en Forrest Gump “Llovía, para abajo, de lado, para arriba…” así y todo (aquí) van.

Las clasificaciones en este enlace (aquí)


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